Miércoles, 01/11/23
¿Dónde está tu mente? ¿Dónde estás tú?
En el día a día a muchos nos han enseñado a no sentir el momento presente y proyectarnos con nuestra mente hacia el pasado o el futuro, de manera que vamos perdiendo la conexión con lo que ocurre en el presente. No hablo de lo que pasa a tu alrededor, que también, si no lo que sucede dentro de ti.
¿Qué circunstancias hemos vivido para que esto sea así? Cuando éramos niños no podíamos defendernos, pero ahora, ya adultos, si nos damos cuenta, podemos transformar en nuestro interior aquello que sucedió y que condicionó toda nuestra existencia. Esta forma de ser que ahora tienes, viene de antes, y sí, puede condicionar hasta tu forma de estar en este plano a través de tu cuerpo. Puede llegar a condicionar la forma de la columna vertebral, las rodillas y hombros se pueden resentir… Y, es que el cuerpo somatiza todo lo que ocurre en tu psiquismo.
En muchas ocasiones, las actuales pantallas están teniendo mucho que ver. A través de las pantallas nos proyectamos hacia algo externo y las imágenes que nos ofrecen son absorbidas tan sumamente rápidas que no nos permiten interiorizar lo que está sucediendo, y por supuesto mucho menos sentirnos a nosotros mismos, mientras observamos tal cantidad de imágenes.
En otras ocasiones, pueden ser las circunstancias de la propia vida las que te han obligado a crear una coraza a tu alrededor para protegerte, para que nadie, nunca más te vuelva a hacer daño. ¿Qué ha ocurrido en tu trayectoria de vida para que en estos momentos seas como eres?
Estas proyecciones también se pueden apreciar en la propia práctica de la meditación. Cuando realizamos el recorrido de todo el cuerpo, puede ocurrir que la mente quiera evadirse del momento presente, y por ello te cueste muchísimo percibir cada parte del cuerpo. De esta manera, la mente te lleva a aquello que tienes que hacer, decir, a aquella conversación… proyectándose en el futuro, e impidiendo que la esencia aflore. También puede llevarte al pasado, para recordar todo lo vivido, o todo lo que tus padres, hermanos, amigos y conocidos han podido hacer a tu psique o a tus emociones cuando eras pequeño, joven o quizás no tan joven… Todo ello para que no estés en el instante presente, y mucho menos seas consciente de ti.
Gracias a la práctica del Yoga, cada día tienes la posibilidad de volver a sentir cada célula de tu piel y volver de nuevo a escuchar y escucharte, a fin de conectar con tu alma, aquello que eres y que siempre has sido, pero que permanece sumida en el olvido, a fin de atender la aparente urgencia de la vida cotidiana. Simplemente escucha, siente, percibe… En cada recorrido que realizamos desde la cabeza hasta los pies es posible recapturar la sensación olvidada. ¿Recuerdas? Lo más sencillo es siempre lo más efectivo, pero ¡qué pronto se nos olvida!
Así pues, vuelve a ti. En cada respiración tienes una nueva oportunidad. Vuelve a sentir. No permitas que el mundo te absorba y te impida vivir en el presente.
Silencio Interior – Escuela
natalia@www.silenciointerior.net