Sábado, 21/10/23
Tiempo de recolección
La uva está madura. El tiempo de meditación ha dado su fruto y ahora, aquellos que comprendieron el mensaje espiritual y se pusieron manos a la obra, disponen de una visión objetiva, cabal y por ello también distinta y alejada de aquella otra visión subjetiva, fruto de proyecciones e identificaciones, consecuencia de una información condicionada para generar una distracción generalizada.
La consciencia objetiva concede discernimiento y claridad. Cualidades imprescindibles para evitar tomar partido en ninguna segmentación propuesta. La comprensión que concede el conocimiento, siempre fruto de la práctica de la meditación y el adecuado estudio de sí mismo a través de la auto-observación, permite semejante capacidad de no-elección, con la consecuencia de poder mantenerse al margen y alejados de acontecimientos ajenos a nuestra auténtica y común naturaleza.
Curiosamente, la última definición de «recolección» expuesta en la RAE dice así: «Recogimiento y atención a Dios y a las cosas divinas, con abstracción de lo que pueda distraer». Ciertamente, así es. La salida a cualquier tipo de conflicto no pasa por tomar partido por uno u otro bando, sino en saber mirar hacia dentro para a continuación poder dirigirse hacia arriba a través del aumento de la frecuencia vibratoria.
En un alarde de soberbia, el hombre ha cambiado a Dios por la Ciencia y la Tecnología, eliminando de su vida la posibilidad innata de la conexión directa con lo Superior, yendo más allá de las religiones y sus auto-proclamados intermediarios, así como de los posibles ideales filosóficos. De este modo es como el hombre ha pasado a ser una marioneta en manos de desalmados.
Tranquilidad. Aún se está a tiempo. Siempre es posible cerrar los párpados e interiorizar la atención para volver la mirada hacia uno mismo y posteriormente hacia lo Superior. La puerta está abierta, siempre lo ha estado, eres tú quien, distraído, lo has olvidado.
Silencio Interior – Escuela
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