Sábado, 16/11/24

Disolución

Una vez probado el elixir del Ser ya no se desea probar ninguna otra cosa más. La plenitud experimentada es tan grande que lo único que se anhela es ingerir más y más de ese néctar, hasta llegar a saturarse de tal manera que uno acabe fundido con la fuente de donde mana. En ese momento de fusión, la búsqueda espiritual ha concluido, pues la idea de individualidad se ha disuelto en la no-dualidad. Entonces cesan de existir los tres elementos que la caracterizan: la búsqueda, el buscador y lo buscado.

A partir de ese momento todo cambia, aunque en apariencia todo continúe igual. La meditación deja de serlo para convertirse en contemplación y ahora en absorción. Día y noche desaparecen en un solo instante atemporal de presente continuo. Luz y oscuridad quedan fusionadas en un abrazo de comprensión. Al no existir el otro, no hay sensación de separación. Las cualidades de la manifestación cesan de tener influencia, mientras que la energía sublimada asciende hacia los centros superiores para continuar la sintonía con la fuente, con el Absoluto. Todos los elementos quedan disueltos en el éter del Conocimiento metafísico. El individuo acaba diluido en Eso que es y que siempre ha sido.

 

Silencio Interior – Escuela

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Disolución – 16/11