Miércoles, 13/11/24
Un lugar en el mundo
J. C. pregunta: Necesito encontrar mi lugar en el mundo.
Respuesta: Ciertamente, si existiera un ego real, ese lugar en el mundo sería encontrado. Sin embargo, contemplado desde la dimensión metafísica, el ego es una entelequia, una ilusión, al igual que el mundo en el que en vano intentas encontrar tu lugar. Despierta, no existe ningún lugar en el mundo que puedas considerar como tuyo.
Lo que busca tu esencia es un estado, pero tu ego lo confunde con un lugar físico. Comprender que el ego no existe es liberarse de su tiranía, de la cual necesita para continuar su vida de ficción. A través de sus necesidades imaginadas roba tu energía a través de la atención. Cesa de dársela. En lugar de eso, retorna a la esencia.
La duda, camuflada de búsqueda de sentido, es uno de los disfraces más habituales que el ego emplea para robar tu energía. Otros pueden ser las emociones, como la tristeza, que es un sentimiento noble, pero que tan sólo consigue descender los ciclos de la frecuencia vibratoria, arrastrándote a zonas densas y oscuras.
Otro de los señuelos preferidos por el ego para captar tu atención es el cambio social y los ideales. Los ideales no dejan de ser cárceles mentales que condicionan la existencia. Ni que decir tiene el absurdo de seguir a un líder político o religioso, es indiferente, pues se continúa cediendo la energía y el poder a alguien externo ajeno a la esencia.
Si existe algo que deleita al ego es pasarse media vida creando problemas imaginados para después pasarse la otra media intentando solucionarlos. Comprende que todo eso sucede en la envoltura mental, manomaya kosha, donde se alojan los pensamientos y emociones. Y ya sabes que existen más envolturas, en total son cinco.
Cuando surge un problema, la tendencia natural es intentar encontrar la solución. Craso error. Antes que eso es preferible concentrarte en el origen del problema. ¿Dónde nace? Si no existiera ese «yo» que reclama tu atención ¿existiría el problema? Es importante focalizarse en el origen del problema, que no es otro que el ego.
Al indagar en la naturaleza del ego. Es decir, cuando el ego es investigado desde el punto de vista de sakshi, la consciencia testigo, observarás dos cosas: Una, que el ego desaparece dejando un espacio de silencio interior. La otra es que comprenderás por propia experiencia que semejante entelequia jamás existió, fue un sueño, una ilusión.
Estamos acostumbrados a buscar y encontrar soluciones. Es como se nos ha enseñado a la hora de relacionarnos con los problemas que origina el mundo empírico, configurado por el Cubo de maya-matrix. En vez de eso, focalízate en el origen del problema. Toma distancia de eso que dice: «yo», porque, si lo puedes observar, eso no eres tú.
Retorna a ti una y mil veces. No entres en los juegos del ego. Son trampas que retrasan la comprensión y la liberación. ¿De qué hay que liberarse? De la falsa idea que tienes sobre ti, es decir del ego. ¿Cómo? Comprendiendo su ilusoriedad. ¿De qué manera? Cultivando la presencia de ser a través de la meditación en silencio y quietud.
Silencio Interior – Escuela
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