Brahma Sutras
En algunas obras se expone un camino de tres vías.
Un buen ejemplo de ello es el brillante comentario de Shankara de los Brahma Sutras 1.1.4. Junto con los Upanishads y la Bhagavad gita, los Brahma Sutras se consideran uno de los pilares filosóficos de la tradición del Vedanta.
Este camino triple comprende los siguientes medios:
- Sravana, la escucha o recepción de las enseñanzas sagradas. Escuchar para aprender y desarrollar nuestra intuición; estar atentos a los patrones subyacentes de las situaciones con las que nos encontramos; saber escuchar las señales que nos indican la verdadera naturaleza de los acontecimientos; no fiarnos de las apariencias, acallar los prejuicios y escuchar entre líneas.
- Manana, la reflexión es su significado. El pensamiento intuitivo libera al hombre de las limitaciones de lo estrictamente racional. El pensamiento racional valora la información recibida por la intuición. Aparecerán dudas y contradicciones que debemos cuestionar y repensar. La reflexión nos hace ser cautos.
- Nididhyasana, la contemplación de la verdad, que es el Ser, el Atman. Siempre podemos darnos una segunda oportunidad para indagar y valorar nuevos puntos de vista. Siempre hay aspectos que escapan a nuestra percepción. Podemos llevar nuestras conclusiones de nuevo al espacio de observación de la meditación y dejar que el inconsciente nos desvele una verdad más profunda. Los procesos de integración y asimilación son siempre graduales.
De este modo, un yogui que desee seguir esta senda deberá cultivar especialmente las prácticas de la escucha y estudio de los textos Védicos, así como la recepción de las enseñanzas del maestro o su instrucción espiritual, la reflexión sobre lo que se ha recibido y finalmente, pero no por ello menos importante, la meditación o contemplación del Ser, también denominado atmanusandhana.
El intelecto sólo puede comprender y explicar aquello que es finito y limitado, medible y pesable, es decir: pragmático. Por ello, después de haber agotado, por medio del proceso del discernimiento y la negación, todo lo que es irreal, el mismo intelecto también debe ser abandonado para tener un atisbo de la dimensión metafísica a la que apunta el Jñana yoga.
Sólo entonces queda el experimentador de lo Real, dando lugar a la experiencia impersonal una vez que la consciencia individual, jiva, se ha disuelto en la Conciencia pura, universal. Esto es alcanzar la comprensión última de nuestra auténtica y común naturaleza, el conocimiento del Jñana yoga, el cual es inseparable de la experiencia directa.