Sábado, 01/03/25

Apariencias, sinónimo de mentiras

No es solo que todo sea una ilusión, que lo es, sino que además todo el mundo miente. Todos sin excepción. Tú también, cariño, por mucho que en tu interior sientas revolverse algo que dice: «Yo no miento». No es cierto, tú también lo haces, igual que todos.

Mentimos a la pareja y a los amigos, al médico, al cura de turno o al psicólogo de marras. Mentimos al abogado y al juez. Por supuesto, también al policía y al vecino. Mentimos a los padres e hijos, y desde luego a los hermanos y cuñados… ¿Es necesario seguir continuar la lista?

Sí, es necesario porque falta el eslabón principal de la cadena: nosotros mismos. ¿A nosotros también nos mentimos? Sí, precisamente a nosotros mismos es a quienes más mentiras proferimos. Basta con observar el tremendo parloteo interior con una dosis mínima de sinceridad para admitirlo.

Pero, ¿por qué mentimos tanto? Muy posiblemente para salvaguardar la idea que tenemos de nosotros mismos. Esa autoimagen que hemos creado con tanto esfuerzo y energía a lo largo de tantos años de dedicación. ¿Es posible alcanzar un mayor grado de estupidez?

Sea o no posible, la evidencia de la mentira está ahí, detrás de la mascara que hemos creado para nuestra vida cotidiana, disfrazando todas nuestras carencias, por no hablar de los miedos y deseos más insospechados, aquellos que nadie se atreve a admitir en público.

Represiones y resentimientos largamente acuñados en nuestro interior. Dolor indeseado y placeres reprimidos por aquellos límites impuestos por una moral nacida de una fuente en la que nadie cree, pero que todos soportamos con espectacular estoicismo.

La mentira es como la neurosis, un amortiguador psicológico que permite la convivencia. Reconocerla en uno es poder descubrirla en los demás. Ver la mentira ajena sólo es posible desde nuestra propia sinceridad desvelada. Aquella percibida cuando la máscara autoimpuesta se ha venido abajo, dejando a la esencia desnuda del disfraz de la personalidad.

A raíz de este momento, la liberación. ¿Quién osará dar el primer paso?

 

Silencio Interior- Escuela

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Apariencias, sinónimo de mentiras – 01-03