Sábado, 29/03/25

Despertar 

Mientras continúes buscando a Dios fuera de ti, continuarás extraviado en la dualidad. No dos, sino «Uno sin segundo» es lo que significa Advaita. ¿Qué quiere decir? Se trata de un billete de regreso, pues te devuelve a ti, a tu presencia de ser, de existir. Eres Dios, y al mismo tiempo también estás más allá de El. Tal es la afirmación de la metafísica Advaita. Este es el conocimiento que concede la libertad genuina.

La educación recibida bloquea la experiencia. Por eso no es fácil admitirlo. Los condicionantes aceptados y las verdades adquiridas de los demás, impiden la percepción de la Verdad que libera de las limitaciones. Saberte no separado de lo que Es no es ninguna herejía, es conocer tu verdadera naturaleza. En todo caso, la única herejía cometida es que te sales de un sistema que te adocena y aliena impidiéndote ser libre.

Resulta evidente que este tipo de conocimiento no es apto para todo el mundo, entre otros motivos porque no todo el mundo quiere semejante despertar, ya que implica escindirse de la manada. El despertar es siempre individual, jamás será grupal ni social, tal es su condición. El ser que despierta deja de participar en los juegos gregarios, aunque pierda el apoyo y el calor de sentirse arropado por el grupo.

Este conocimiento forja a seres libres al liberados del yugo astringente de unas creencias que esclavizan y someten al individuo hasta el punto de dejarse esclavizar ante unas necesidades siempre ficticias, creadas exclusivamente para su sometimiento a la producción y el consumo, impidiéndole ver más allá de los límites impuestos a los sentidos, antes que darle la posibilidad de volar con las alas del Espíritu libre que ya se es.

La compasión auténtica por los demás emerge cuando se los contempla desde la libertad interior, subyugados ante tanta mentira ingerida y aceptada a lo largo de sus existencias, al punto de parecer verdad, creando una realidad ilusoria a través de un sometimiento a voluntades ajenas por medio de normas cada vez más limitadoras, casi todas innecesarias, pero creadas para limitar la libertad inherente de cada ser.

Despertar es abrir los ojos y ver la mentira que nos envuelve en forma de ensoñación. Despertar es comprender nuestra auténtica y común naturaleza. Despertar el morar en el Ser que siempre se ha sido, más allá de creencias ajenas a nuestro auténtico estado. Despertar es el don potencial que todos trajimos como patrimonio de nacimiento y también una posibilidad real a nuestro alcance.

 

Silencio Interior – Escuela

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Despertar – 29/03