Sábado, 27/07/24

Imprescindibles

«El cementerio está lleno de personas imprescindibles.»

Napoleón Bonaparte

Esta mente mía, acostumbrada a sobrevivir a fuerza de recuerdos y experiencias (samskaras), deseos y proyectos (vasanas)… Pero, ¿Qué sucedería si de pronto lo dejara todo, sin más. Sin duda, quedarían decenas de asuntos inconclusos, suspendidos en la nube del no-ser. Bien, ¿y…?

Tantos proyectos por realizar, encuentros por disfrutar, lugares por descubrir, palabras por expresar, fotos por hacer, música por oír… ¿Acaso todo ello no es el delirio provocado por la fiebre de la mente? Sé que todo es maya, y que a maya, como al ego, no hay que concederle demasiada atención.

Al igual que sucede en la rueda del hámster, proyectos, ideas y emociones se concatenan entre sí sin posibilidad de vislumbrar otro fin que no sea la propia muerte. Pero… ¿qué sucedería si tal final fuera inducido a voluntad, aunque sin la necesidad de tener que llegar a la muerte física?

¿Qué pasaría entonces? ¿Ocurriría algo? Ciertamente, no. En lo Absoluto nunca sucede nada. Si ahora mismo mi individualidad desapareciera del mundo, no sucedería nada digno de reseñar. Sabia es pues la frase del encabezado: “El cementerio está lleno de personas imprescindibles”.

¿Por qué entonces continúo con esta obra? Sencillamente, porque se hace a sí misma, al mismo tiempo que también me construye interiormente. No hago nada, todo sucede. La obra emerge inexorable desde mi interior y se plasma en el exterior. No es posible evitarlo y tampoco provocarlo.

La obra emerge de igual modo que lo hace el hilo de seda de una oruga para crear el capullo que garantizará la inmovilidad para lograr el milagro de la metamorfosis, donde el gusano se verá transformado en mariposa, símbolo de la inmortalidad y posible alegoría de la meditación.

Crear un microcosmos para detenerlo después a fin de obtener una comprensión mayor y diferente. Ser capaz de detener el mundo requiere de un esfuerzo superlativo, casi sobre humano, quizás divino. A fin de cuentas, tal detención no deja de ser un sinónimo de disolución, de samadhi.

Todo creación contiene un solo sentido: ser trascendida. Sea lo que sea, una vez se accede a la comprensión final es necesario saber desprenderse de la idea del hacedor y de su microcosmos particular para sencillamente desparecer en sunnya, el poderoso vacío impersonal.

 

Silencio Interior – Escuela

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Imprescindibles – 27/07