Sábado, 06/07/24
Ser feliz
«Un instante de ilusión puede salir muy caro, en todos los sentidos.»
Raphael, maestro advaita
El deseo de ser feliz es la mayor causa de infelicidad, al margen de consistir en la trampa más sutil de maya, la realidad ilusoria, al encadenar al ser humano a una desaforada búsqueda sin sentido dentro de un mundo tan irreal como impermanente. Por ello, abandonar la búsqueda de la felicidad es quizás el regalo más inteligente que puede uno hacerse a sí mismo.
El secreto -si es que lo hay- consiste en soltar, en dejar ir sin intención de retener. Permitir que las personas, objetos, etc. vengan y también se vayan. Abrir las manos para que todo suceda sin afán de posesión, es decir: sin intención ni expectativas. A fin de cuentas, contemplado desde lo Absoluto, todo sucede. Nada es posible hacerse, ni a favor, ni en contra.
Contemplar el mundo desde la dimensión del Absoluto es quizás el mayor don al que un ser humano puede aspirar. La comprensión es entonces es infinita. ¿Qué es lo que se comprende? Que la clara luz del Ser ilumina a todos los seres por igual y que, una vez percibida, es posible vislumbrar la naturaleza ilusoria del mundo donde antes se buscaba un atisbo de felicidad.
Cuanto antes lo sepas, mejor. Abandona la lucha del ego por conseguir una efímera brizna de felicidad. Rinde al ego y sumérgete en el Ser. Cuando lo hagas, verás cómo todo cobra un especial esplendor. Para entonces, todo será nuevo, diferente. Sólo porque has dejado de intentar ser lo que nunca fuiste, pero creíste ser, generando un manantial de sufrimiento sin fin.
¡Despierta a tu auténtica naturaleza! Tat Tvam Asi, Eso eres tú. La dimensión de lo Absoluto es anterior a la consciencia. Ni siquiera eres consciencia. La consciencia apareció un día, igual que desaparecerá otro. ¿Quién o qué quedará entonces para ser feliz o intentarlo?
Silencio Interior – Escuela
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