Shambhu me dijo: «Existe un espacio vacío de contenido que lo contiene todo y donde todo sucede. Ese espacio soy yo. Es mi auténtica naturaleza. En mi todo sucede, todo está. Nada ni nadie escapa de mí, ni puede hacerlo. ¿Quién comprenderá esto?
Con estas palabras, Shambhu rompió su silencio y prosiguió:
Soy el Absoluto que contiene tu consciencia. Soy sin forma y sin nombre… Me buscas porque no te conoces. En mí no queda nada ni nadie personal, y sin embargo lo contengo todo y a todos.
Soy el escenario donde todo sucede, al mismo tiempo que contemplo cómo en realidad nada ocurre. Ilusión. Juego de luces y sombras donde egos falaces discuten su hegemonía en un sueño. Teatro que se extiende a lo largo de los días y noches, de los años y siglos.
Apariencias donde la risa y el llanto conviven en un precario equilibrio y sin justicia alguna, se alternan sin cesar. Ambos, risa y llanto, la búsqueda de una y el rechazo del otro, son el invento de los hombres para dar sentido al sin sentido de sus existencias.
Así, sin remedio aparente, el hombre no navega por los mares de la vida, sino que naufraga en el océano de la ignorancia, mientras vagabundea a través de mundos ilusorios, de microcosmos irreales que flotan en el espacio de su imaginación.
Tu consciencia apareció un día sin ser llamada y también un día desaparecerá sin tu permiso, y tú, aquello que crees ser, se irá con ella. Retornarás a mí, al Absoluto de donde un día imaginaste salir para extraviarte en lo relativo.
Pero no fue así. Siempre estuviste en mí. Nunca te separaste, lo imaginaste mientras te proyectabas en la construcción de un mundo de apariencia real y de un personaje de consistencia ilusoria.
Y te lo creíste. Con tu creencia creaste la ilusión y te identificaste con ella hasta olvidarte de mí, de lo Real. Así, fascinado por lo relativo vives olvidado de lo Absoluto.
Tranquilo. Antes o después todo retornará de nuevo a mí. Un día la energía que alimenta la ilusión de tu creación personal retornará a la fuente original y todo desaparecerá, y tú con ella, disolviéndote en lo Real. Entonces habrás vuelto a casa. Desde su ignorancia, los demás dirán que has muerto, pero tú sabrás que sólo a partir de ese momento la vida, la auténtica vida, habrá comenzado.
Ahora, respira aliviado. Si puedes, vive tu humanidad sin olvidarte del espíritu que eres. En cualquier caso, vive lo que tengas que vivir… aprende lo que tengas que aprender… Experimenta, disfruta, sufre y ríe… Pues aquí me tienes, esperándote igual que un padre espera el retorno del hijo que un día se marchó.
Dicho esto Shambhu cerró sus párpados y entró de nuevo en meditación.
Publicado en Yogaenred.com el 27 de abril – 2017
https://www.yogaenred.com/2017/04/27/shambhu-me-dijo/