Sobre la meditación Silencio Interior

La naturaleza de la mente es el movimiento, la acción, el saltar de forma constante de un objeto a otro, es decir: la distracción y la dispersión. Intentar detener la mente es un esfuerzo tan penoso como inútil, pero… permitir que la mente se aquiete es una posibilidad a tu alcance.

El secreto -si es que lo hay- consiste en aquietar el cuerpo. Si se detiene el cuerpo, la mente tiende a cesar su movimiento. Pero, ésta anhela cualquier cosa menos detener su incesante actividad. Sin embargo, ¿qué sucedería si se continúa manteniendo el cuerpo en quietud sujeto gracias a una suave perseverancia…?

Sólo cuando las agitadas aguas

del estanque de la mente se aquietan

es posible ver el reflejo completo de la luna.

La enseñanza es en esencia teórico-práctica donde paso a paso y lejos del rituales y tradiciones lejanas se explicaran los motivos de la práctica, junto con todos los detalles técnicos necesarios para su realización cotidiana con el fin de obtener los mayores beneficios posibles.

La técnica es la simplicidad misma, pues se trata de instalarse en una postura que permita mantener al cuerpo en una posición firme, estable y relativamente cómoda para, desde este punto de partida, desarrollar a través de la auto-observación, la atención y concentración necesarias que nos permitirá dirigirnos hacia dentro, allí donde habita nuestra esencia de ser.

Dedicar unos minutos diarios a simplemente sentarse a escuchar y observar todo lo que nuestro cuerpo, emociones y pensamientos quieran decirnos es abrir la posibilidad a que se equilibren de una manera simple, sencilla y natural las distintas capas y estratos que componen la estructura personal.

Esta no actividad es un instrumento idóneo para recuperar nuestro olvidado espacio de silencio interior y permitir que éste se convierta en un eje desde el cual vivir la existencia con equilibrio y plenitud.

Gracias por tu atención